jueves, 3 de diciembre de 2020

El sol del día

 Ya estamos en el frío diciembre,
 a veces sólo mejora mi ánimo
 el sol del día en mi piel,

 y aparece ése sol
 también en mi corazón

 como luciérnaga en la noche,
 y es su corazón

 que ilumina mi vida
 a pesar de tanta oscuridad,

 y sin embargo tantas
 veces me vengo abajo,

 tantas veces,
 tantas veces deshecha en mitad
 de la niebla de mi vida

 perdida,
 buscando un camino
 que no sea el precipicio
 que me rodea,

 y sí, tantas veces casí sin 
 fuerza para escribir 
 y comentar,

 perdida en mi dolor,
 con el corazón ensangrentado 
 de pena,

 el color perdido
 y el alma en el suelo.



 Sin alas, intento
 bucear en los misterios
 que no comprendo,


 mis mariposas rotas,
 mi aliento apagado,

 mis ilusiones marchitas,
 mi tristeza aún en pie,

 y mis ganas de sobrevivir al espanto
 con miguitas de felicidad


 esparcidas
 en la nieve de tus pasos.